martes, 14 de junio de 2011

ROBERT BAUVAL

Desde tiempos inmemoriales se ha considerado a los egipcios como unos muy buenos astrónomos; pero no ha sido hasta hace unos años que se ha llegado a comprender hasta que nivel controlaban el Universo.Una vez comprendido esto, ha visto la luz lo que se denomina Astroarqueología que ha dado un giro completo a muchas de las creencias sobre Egipto. La figura lateral muestra las tres pirámides más conocidas pertenecientes a los faraones Keops, Kefrem y Micerinos.Una de las causas que inclinaba a los egiptólogos a creer que el conocimiento del Universo por parte de los sacerdotes no era tan bueno se debía al uso de un calendario de 365 días. Ese calendario, al no ser exacto, hacía que las estrellas se deslizasen. Explicado de otra manera. Si el calendario fuese perfecto, el mismo día de cada año las estrellas deberían estar en la misma posición. Con todo, Robert Bauval ha conseguido demostrar que a pesar de todo, ese calendario deslizante es mucho más exacto que el Gregoriano que poseemos nosotros. Para ello hagamos números.El Sol tarda exactamente 365,2422 días en dar una vuelta completa. Nosotros incluimos un día bisiesto cada cuatro años. Eso sería correcto si fuese 0.25 pero no es el caso. La consecuencia es que cada 3000 años, aproximadamente nuestro “perfecto” calendario pierde un dia y precisa un ajuste. Es decir, tenemos un calendario que precisa ajustes constantes y, a pesar de ello, nunca será exacto.Volvamos ahora al calendario egipcio, como ya hemos visto es un calendario inexacto por tener 365 dias siempre; pero para sorpresa de todos, es un calendario totalmente exacto para medir periodos largos de tiempo. ¿por qué?, pues porque cada 1.506 años el calendario se autosincroniza el mismo. Es decir, cada 1.506 años todo coincide de nuevo, algo que nunca sucederá con el supuestamente perfecto calendario gregoriano.La diferencia entre uno y otro radica en el modo de pensar. La realidad es que nuestro planeta tarda un poco más de un día en dar una vuelta completa alrededor del Sol. Si miramos el Sol un día 1 de Enero y luego repetimos eso un año más tarde veremos que pasarán unas seis horas más antes de que salga el Sol. Pero el hombre no es capaz de detectar estas pequeñas diferencias, para nosotros un día es un día un punto y cuesta imaginar fracciones. Los egipcios no son la excepción, por supuesto. Pero, para ellos, el Sol era la manifestación de su Dios supremo (RA) y si por motivos que sólo a él le concernían decidía deslizarse por las estaciones y el Cielo en un ciclo de 1.506 años antes de volver al punto de partida, ellos, como hombres no eran quienes de cambiarlo.El Faraón se preocupaba, como Dios en la Tierra de que nadie cambiase el calendario. Como consecuencia, en la tierra de Egipto el Sol salía desde un extremo de 28 º al Norte del Este hasta 28º al Sur del Este y luego volvía de nuevo al origen. Este proceso llevaba justamente los famosos 1.506 años y lo denominaron “Gran Ciclo Solar”Apliquemos ahora este conocimiento a las pirámides y los resultados serán sorprendentes. Los Egiptólogos pensaban que las pirámides estaban más o menos alineadas con el Norte y que los errores se debían , lógicamente a que sus conocimientos de astronomía no eran perfectos.Robert Bauval, en su libro “Código Egipto” explica y demuestra que las pirámides no se alineaban con el Norte sino con la estrella de Sirio . Usando programas potentes de astronomía, el autor uso el calendario egipcio para calcular la posición real de las estrellas en la época de construcción y en todos los casos apareció la estrella de SIRIO perfectamente alineada con la pirámide.




Así pues, los egipcios si sabían de astronomía y mucho más de lo que creemos.La estrella de Sirio se encuentra en la Constelación de Canis. De acuerdo con la experta en egiptología Natalie Beaux (Francia) y Virginia L. Davis (EEUU) la relación era conocida por los egipcios como se puede comprobar en una traducción de un texto aparecido en una de las pirámides:Oh, Osiris (representado como Orion) Rey, levántate, elévate tu mismo….Tu esposa Isis viene a ti….estando dispuesta como Canis, y Horus ha salido de ti.Horus es el hijo de Osiris e Isis y los sacerdotes del Egipto lo asociaban a la estrella de Sirio, y es justamente a esa estrella que orientan sus pirámides ¿casualidad? No lo creoPero ya que hemos hablado de Osiris y de que se asocia a Orión, pongamos otra demostración del avanzado conocimiento que tenían. En la foto superior de este articulo pueden ver las pirámides y unas líneas superpuestas donde aprecian un angulo de diferencia. En la foto de este lateral pueden ver las foto del cinturón de Orión. Fíjese en las lineas superpuestas y observarán un angulo debido al desplazamiento de la estrella Mintaka. Usando medios avanzados que escapan a mi conocimiento, los astroarqueólogo han demostrado que ambos ángulos son sorprendentemente iguales,por no decir exactamente iguales de acuerdo a los medios que podían tener para calcularlo en la época. ¿Otra casualidad? de nuevo no lo creo, ya serían demasiadas casualidades. El ibro de Robert Bauval ha supuesto un punto de inflexión en el estudio del antiguo egipto, del conocimiento que se les supone a los sacerdotes de la época sobre el cosmos y, por supuesto ha sido una revolución total.

No hay comentarios:

Publicar un comentario