viernes, 9 de septiembre de 2011

En el principio era el regalo




Las crisis convergentes de nuestro tiempo surgen de una raíz común que podríamos llamar separación. Puede tomar muchas formas, la división hombre / naturaleza, la desintegración de la comunidad, la división de la realidad material y espiritual en cada aspecto de nuestra civilización. La separación no es una realidad última, sino una proyección humana, una ideología, una historia. Al igual que en todas las culturas, nuestra historia tiene dos partes muy relacionadas: una historia del Ser, y una historia del mundo. El primero es el ser discretos y separados: una burbuja psicologica, un alma encapsulada en la piel, un fenotipo biológico impulsado por sus genes para buscar reproducirse por propio interés, un actor racional que busca su propio interés económico, un observador físico de un universo objetivo , una mota de conciencia en una prisión de carne. La segunda es la historia del ascenso: que la humanidad, a partir de un estado de ignorancia e impotencia quiere sondear los secretos del universo, moviéndose inexorablemente hacia nuestro destino de dominio completo sobre la trascendencia de la naturaleza. El dinero es un sistema de acuerdos sociales significados y símbolos que desarrolla a lo largo del tiempo. Es, en una palabra, una historia, que existe en la realidad social, junto con cosas tales como las leyes, las naciones, instituciones, el calendario, el reloj, la religión y la ciencia. Las historias tienen gran poder creativo. A través de ellas se coordinan las actividades humanas, centran la atención y la intención, definen funciones, e identifican lo que es importante e incluso lo que es real. Las historias dan sentido y propósito a la vida y por lo tanto, motivan a la acción. El dinero es un elemento clave de la historia de la separación que define a nuestra civilización. El anonimato, la despersonalización, la polarización de la riqueza, el crecimiento sin fin, despojo ecológico, la inestabilidad social y crisis irremediable se incorporan a nuestro sistema económico tan profundamente que se necesita una transformación de nuestra historiapara sanar. Mediante la identificación de las características fundamentales de la economía de la separación, podemos tener la facultad de imaginar una economía de la Reunión, así, una economía que recupera nuestras comunidades fracturadas, las relaciones, culturas, ecosistemas, y el planeta. El sol nunca se le dice a la tierra, "que me debes." En el principio era el regalo. Nacemos indefensos, con pocos recursos para dar, sin embargo, somos alimentados, protegidos,vestidos sin haber hecho nada para merecerlo, sin ofrecer nada a cambio. Esta experiencia, común a todos informa a algunas de nuestras más profundas intuiciones espirituales. ¿No te sientes agradecido? Experimentamos una inmensa gratitud de estar vivos. Caminamos con asombro en las riquezas, inmerecidas y de libre acceso, que vienen con la vida: la alegría de la respiración, las delicias de color y sonido, el placer del agua potable para calmar la sed, la dulzura del rostro de un ser querido. Esta sensación de asombro mezclado y la gratitud es un signo claro de la presencia de lo sagrado. Sentimos la misma reverencia y gratitud cuando aprehendemos la magnificencia de la naturaleza, la complejidad y el orden milagroso de un ecosistema, un organismo, una célula. Son increíblemente perfectos, mucho más allá de la capacidad de nuestras mentes para concebir, crear, incluso a comprender más que una pequeña parte.



Charles Esenstein

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