sábado, 29 de octubre de 2011

Augusto Hernandez

Al parecer las cosas no están yendo muy bien en la zona-euro. Vemos como después de la última cumbre sostenida el fin de semana pasado, seguía habiendo diferencias entre los miembros de este bloque monetario, y donde la reunión pautada para el pasado miércoles 26 de Octubre también ha sido suspendida a última hora.

Se espera que los líderes del bloque monetario develen su estrategia para rescatar el euro, un plan que marcaría una etapa de hacer todo o nada respecto a la crisis de la deuda. Se espera que los líderes acuerden 2 puntos principales:

Que los bancos asuman perdidas aún mayores del 40%, respecto al dinero que le han prestado a Grecia, y que se dice que estarían rondando el 60%. Y a su vez, incrementar las reservas de estos bancos para compensar las pérdidas, esto principalmente por medio de la ayuda del sector público.
Reforzar el fondo de rescate europeo o EFSF por sus siglas en ingles.
La idea para usar este EFSF es a través de la creación de un vehículo de inversión para buscar dinero proveniente de los fondos soberanos de otros países o entes privados, incrementando este fondo de rescate a más de 1.4 trillones de dólares y que de acuerdo a oficiales alemanes esperan que provengan de países emergentes como Brasil y China. Este fondo de rescate podría también respaldar bonos de la deuda Española e italiana, los cuales ya no poseen la confianza de los inversores debido al miedo existente de que estos países miembros de la zona-euro tampoco sean capaces de devolver completamente el dinero que les ha sido prestado, como ha sido el caso de Grecia.

Viéndolo de esta manera, lo que buscan es multiplicar el fondo de rescate sin tener la necesidad de pedir más dinero a los gobiernos de la zona-euro, los cuales están temerosos de incitar la rabia de sus ciudadanos después de varios planes de rescates otorgados a países miembros del bloque monetario. Y a su vez, lo que buscan es calmar los mercados y disminuyendo los costos de la deuda, transfiriendo el riesgo de su propia deuda a países con grandes bolsillos como Brasil y China.

Lo que si bien es cierto, es que de una u otra manera deuda es deuda, y si este plan se materializara de igual manera se estaría resolviendo un problema generando otro, que nuevamente seria generar otra deuda pero con diferentes acreedores los cuales serían ahora Brasil y China. Al final se seguiría haciendo lo mismo, que básicamente es seguir imprimiendo dinero con la excusa de propulsar (artificialmente) la economía, debilitándose cada vez más el papel moneda y disminuyendo el poder adquisitivo de los ciudadanos.






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